Este mes os acercamos la historia de uno de los platos más representativos de nuestra gastronomía, el bacalo al pil-pil. 

Parece mentira que un error sea el origen de un plato tan sabroso como el bacalao al pil pil, pero diversas fuentes así lo confirman. Y es que nos tenemos que remontar a 1835, año en que Simón Gurtubay, comerciante bilbaíno que importaba bacalao de Noruega, Escocia e Irlanda, hizo un pedido enviando un telegrama en el que pedía 100 ó 120 bacaladas de primera calidad. Parece que quién recibió el telegrama confundió la “o” con un “0” y envió 1.000.120 unidades. Gurtubay intentó vender parte de la mercancía por todo el norte, pero en ese momento Bilbao fue sitiada por los carlistas y gracias a ese gran excedente de bacalao la villa pudo alimentarse durante los meses de sitio.

La receta del bacalao al pil pil, para la que solo se necesita guindilla, ajo y aceite de oliva, surge precisamente de esa necesidad de cocinar en tiempos de desabastecimiento en los que tenían que elaborar platos nutritivos con los pocos ingredientes que podían conseguir.

Por último, en cuanto al nombre que recibe existen diferentes teorías, una de ellas que el pil pil proviene del swahili “piri piri” que significa guindilla, y que llegó por influencia portuguesa. Pero la más extendida es que es un nombre onomatopéyico que hace referencia al borboteo del aceite al cocinarse a fuego lento.

Lo cierto es que ese sonido se escuchará estos días en nuestra casa y en muchas cocinas de Euskadi, ya que es uno de los platos típicos de Semana Santa. 

Ven a Sagardi, tu casa vasca, y disfruta de uno de los platos de referencia de nuestra tradición gastronómica.

On egin!

 

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