Cultivo de pimientos de Gernika
Estamos en plena temporada de pimiento de Gernika. De piel muy fina y sabor dulce, es un alimento indispensable de la gastronomía vasca en la época estival. Frito y con un poco de sal, el pimiento de Gernika no necesita más para convertirse en un manjar de primera.
Los de Gernika se diferencian de otras hortalizas en su tamaño –deben medir entre 6 y 9 centímetros–, en su piel más fina y tersa, en su sabor más dulce y en que, al freír, no produce la típica gabardina, ese endurecimiento de la piel que modifica la textura y el sabor. Los pimientos de Gernika no pican. Sí lo hacen, a menudo, los de Padrón, más pequeños, con menos carne y que pueden generar gabardina.
Pimientos de Gernika en Sagardi Cocineros Vascos
A pesar de la sencillez con la que se prepara, mayoritariamente en la sartén y acompañado de un poco de sal gorda, el pimiento verde se ha ganado por merecimiento propio un espacio entre los productos reclamados por las mesas más exigentes.
Amante de la humedad y las temperaturas no muy altas pero constantes, la producción del pimiento de Gernika se registra entre los primeros meses de la primavera -abril y mayo- hasta los meses de septiembre y octubre.
Se trata de un producto que exige una alta labor de vigilancia. Es necesario recolectarlo en su momento óptimo, entre treinta y sesenta días desde el momento de plantación, sin dejarlo madurar demasiado y permitiendo que se ajuste a las características de tamaño y texturas propias.
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