Vivimos sin duda alguna un momento histórico en el que la vida se ha visto acelerada a unos niveles sin precedentes.

Esta “fast-life”, promovida por Glovo, Netflix o Amazon…, ha hecho de la inmediatez una exigencia generalizada ante la que cedemos. Renunciando cada vez más a nuestra forma de hacer las cosas, a la implicación en unos procesos materiales que nos quedan ajenos.

Dejándonos seducir por promesas de facilidad y comodidad; pero también alienación, empobrecimiento y estandarización del gusto.

Ante que haya “de todo en todas partes”, pero que “todo” acabe siendo lo mismo; proponemos una vuelta a los sabores originales, que son fruto del desarrollo cultural local. Y qué nos hablan del lugar y de sus gentes. De su forma particular de vivir la vida, de su carácter, costumbres y origen.

En nuestra lucha contra lo veloz y las prisas, reivindicamos el tranquilo placer de lo material, el goce de lo que se cocina a fuego lento.

Y qué mejor forma de hacerlo que con un buen sofrito, receta insignia del “xup-xup”, de la cocina sin prisas.

Así que a continuación os dejamos la receta de un sofrito rico rico, sin mucho secreto, con el que acompañamos por ejemplo nuestro Bonito del Norte, para que lo preparéis ahora que es temporada de tomate, y lo podáis conservar al baño María y disfrutar en cualquier momento del año.

 

Ingredientes:

· 1 KG de tomate de temporada (recomendamos la variedad Pera)
· 1 KG de cebolla de Figueras (o la variedad local)
· 2 dientes de ajo
· 2 hojas de Laurel
· Aceite de oliva virgen extra
· Sal
· Pimienta negra molida
· Azúcar moreno

Elaboración:

· Picamos finita la cebolla y la rehogamos en aceite de oliva virgen extra, con una punta de sal y de azúcar moreno. Mantenemos un fuego medio-bajo (160º) y esperamos a que la cebolla coja un color miel intenso.

· Picamos los dientes de ajos, y los añadimos a la sartén para que se dore.

· Limpiamos, pelamos y trituramos los tomates. Añadimos el puré de tomate a la sartén y bajamos el fuego.

· Añadimos las hojas de laurel, o el condimento deseado (pimiento choricero, albahaca, nuez moscada…).

· Debemos esperar a que todos los sabores se mezcle bien, y desaparezca el excedente de agua (procedente del tomate y la cebolla, no le añadimos agua adicional).
Sin ningún tipo de prisas, disfrutando del “xup-xup” y del aroma que ya desprende. Podemos servirnos una copita de vino para ir abriendo el apetito y amenizar la espera.

· Salpimentar el sofrito, y si es necesario corregir la acidez al gusto con el azúcar moreno.

· Apagar el fuego y dejar reposar para que se asiente el sabor y la textura.